La puja en los cambios del Reglamento de polo

Hemos vivido diferentes maneras de jugar al polo, los caballos y las canchas mejoraron, pero lo que también cambia es la manera de interpretar el reglamento.

El primer reglamento fue escrito en 1874.

A lo largo de la historia del polo el reglamento en sí, tuvo muy pocas modificaciones.

Podríamos afirmar que el reglamento antiguo es cercano a la perfección, pese a la cantidad de años y dirigentes que pasaron, se le ha podido mejorar muy poco.

La realidad es que los dirigentes, árbitros y jugadores se las ingeniaron para interpretarlo erróneamente, perjudicando al juego.

El reglamento es muy sabio en todos sus puntos, regla como circular dentro del campo detallando quien tiene prioridad en todos los casos, regla como marcar a un rival (equitación, pechar), regla el uso del taco y da las sanciones posibles.

El reglamento busca la seguridad de los jugadores, y la disciplina que deben cumplir los jugadores basados en un deporte de caballeros. Al reglamento no le importa como meter goles.

Pero el reglamento es muy aburrido o no sabemos porqué, la mayoría no lo quiere ver.

Los cambios en la interpretación (NO CAMBIOS EN EL REGLAMENTO), son generalmente provocados por opiniones de jugadores, que en definitiva son los clientes y dueños del deporte, que absorben los dirigentes que siguen dirigiendo con la mentalidad de jugadores y o que intentan satisfacer al cliente.

Los jugadores piensan todo lo que les sea favorable para su juego, en definitiva para meter gol, ganar partidos. Los jugadores no piensan en la seguridad, ni en la disciplina.

En muchas ocasiones los dirigentes en base a opiniones de jugadores, determinan criterios (interpretaciones) a llevar a cabo sobre el reglamento, pero no tienen en cuenta la opinión de los árbitros para ver su aplicabilidad. Los árbitros cumpliendo las directivas terminan siendo inconsistentes (sancionando faltas que no tienen lógica, y contradicen el reglamento), entonces el criterio arranca fuerte, baja intensidad o queda en el olvido.

Si a esto le sumamos que las interpretaciones son dichas verbalmente (se pierden fácilmente, y nadie quiere quedar pegado) y no por escrito, en muchos casos dadas a solo algunos árbitros o comentada a algunos jugadores, y las capacitaciones son casi inexistentes da como resultado que las reglas no se entienden.

Los dirigentes dan los cambios a los árbitros y los jugadores se enteran mediante los fallos dentro del partido, provocando broncas de jugadores, ya que creen que el arbitro esta inventando algo nuevo.

¿Por qué no aprovechar todos los medios actuales? (videos, fotos, web, redes sociales) para informar a los jugadores y al público, antes de aprenderlo con sanciones.

En otras ocasiones árbitros, de iniciativa propia, interpretan jugadas erróneamente y las contagia al resto de los árbitros.

Conclusión: los dirigentes no están a la altura, los árbitros que por experiencia no cumplen todas las decisiones erróneas de los dirigentes por ser inaplicables, interpretaciones de árbitros y jugadores con mentalidad de jugador que arruinan el juego.

Para disimular esta anarquía se nombra a un grupo pequeño de árbitros que dirijan los partidos mas importantes, y que todos los jugadores y demás árbitros adivinen como son las reglas.

En la cancha hay una puja entre los criterios del arbitro y los criterios del jugador, que a mediano plazo termina en un acuerdo.

Si un arbitro cumple los criterios del jugador, el jugador apoyará a ese arbitro. El arbitro que no tiene apoyo de los jugadores, queda fuera del sistema.

Los dueños del deporte son los jugadores que eligen a los árbitros y con su poder imponen sus preferencias, que suelen arruinar al juego y favorecer a unos pocos jugadores.

Cada tanto los dirigentes tienen chispazos de apoyar al reglamento y no solamente a los jugadores, y como comentamos antes el reglamento es muy bueno, y en definitiva mejora el juego del polo.

El dirigente en algo tan técnico como el reglamento debería asesorarse con personas que entiendan el reglamento y no sean jugadores a fin de mejorar el deporte.